lunes, 4 de octubre de 2010

Ice Hotel

Es el hotel de hielo de Suecia, situado cerca del círculo polar ártico.
Su primera construcción fue en 1990 después de que se hiciera una exhibición del arte de hielo la cual tuvo mucho éxito, se realizó en un iglú sobre el rió Torne y el creador de este hotel vio la gran acogida que tenía entre el público la idea de dormir en un iglú.

El hotel se mantiene en pie mientras la temperatura no supere los 0°C, y cada mes de abril está condenado a fundirse bajo los rayos del sol. Las camas, los techos, las paredes, las mesas, los sofás y hasta los vasos de su bar están construidos con nieve y hielo.


Desde la lejanía apenas llama la atención. Es tan sólo un pequeño montículo tan blanco como todo lo que hay a su alrededor. Más cerca comienzan a apreciarse las bóvedas que forman el techo de las habitaciones, los enormes ventanales de hielo y la gran cúpula del bar, construida con bolas de nieve.

Una puerta cubierta con pieles de reno conduce al interior, y nada más traspasarla comienzan a experimentarse sensaciones insólitas. Para empezar, el gorro es prescindible, ya que la temperatura habrá pasado de los 15 ó 20°C bajo cero habituales en el exterior a unos 5°C -también bajo cero- gracias al aislamiento proporcionado por los muros de hielo y nieve.

Las columnas que sustentan el pasillo central están hechas con un hielo tan puro que parece irreal. En algunos casos es tan brillante que adquiere un intenso color azul, parecido al hielo de los glaciares.

Para evitar confusiones, todos los huéspedes del hotel reciben un cursillo donde se dan algunos consejos para dormir a 7°C bajo cero y poder contarlo. Por ejemplo: nada de sauna antes de meterse en la cama; nada de cremas ni maquillajes (contienen agua y se congelan); nada de afeitado...


Las camas están cubiertas por auténticas pieles de reno sobre las que se duerme no sin antes envolverse en un saco de dormir polar que el hotel proporciona.

Si a pesar de todo no se puede conciliar el sueño, existe una habitación templada, construida con madera, donde se guardan los equipajes y bien dotada con bebidas calientes. Unos minutos allí bastan para entrar en calor.

Hoy en día, los turistas tienden a viajar a lugares que no fueron tan destacables en el pasado, y también tienden a buscar la originalidad, como es el ejemplo de dormir en un hotel de hielo y poder dormir a siete grados de temperatura.


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